Barça, ¿guardaste algún gol para Londres?

Barça, ¿guardaste algún gol para Londres?

El Barça se ha convertido en un vampiro. Chupa la sangre a sus víctimas para revitalizarse y mantenerse activo. El sábado pasado se abasteció bien de ello. Absorbió la sangre del Madrid, una sangre poderosa y vitamínica, vinculada al alma, porque el Madrid no se da por vencido hasta que matemáticamente está muerto, y aún así, siempre intenta salir de la tumba. Eso quiere decir que la sangre del Barça, aunada a la sangre que chupó a su eterno rival hasta la saciedad, pueden ser el aliciente que le faltaba al conjunto azulgrana para derribar la muralla rusa de Guus Hiddink, una fortaleza difícil de traspasar, que no comete errores, percibe el miedo y aprovecha las fallas del rival.

El 0-0 en la ida no es un mal resultado para afrontar la vuelta. De tres resultados posibles, el Barça tiene dos a su favor, el empate -siempre y cuando no sea un cero a cero- y la  victoria. La desventaja reside en su bloque defensivo, no tiene centrales, bueno, sólo Piqué, porque Márquez se lesionó y Puyol no jugará por sanción. Abidal podría reconvertirse en central, o en su defecto Guardiola podría utilizar a Cáceres, pero el uruguayo no tiene la calidad para detener a un todo poderoso Drogba, a un fulminante Ballack, o a un escurridizo Anelka.

Lo positivo de aquel encuentro en el que el Chelsea destruyó el fútbol espectáculo, una pena para los verdaderos aficionados a este deporte, es que Guardiola ya sabe a lo que se enfrenta, de ahí quizás el cambió táctico ante el Madrid de meter a Messi por el centro a cambio de perder a Eto’ó por banda derecha. Eso se llama ingenio para despistar al rival, ingenio para convertirse en un equipo imprevisible sin tener que cambiar de estilo. Hiddink se habrá despistado, aunque no habrá dejado de estudiar esa variante blaugrana. Ahí está la clave. Si Pep fue capaz de despistar a Juande, que lleva 34 jornadas estudiando sus formas, es probable que ahora tenga algo preparado para  disuadir a Hiddink, al que le entra el insomnio cada vez que piensa en cómo frenar a los 'Globettroters' en su versión blaugrana.

Y es que el Barça no cambiará su fabuloso estilo de juego así tenga una guillotina en frente. El Barça siempre busca el gol, ¿Se habrá guardado alguno para Stamford Bridge? Posiblemente sí, y de marcarlo antes que encajarlo, el Chelsea estaría como un trapecista en la cuerda floja y con el viento en contra. Hiddink sabe que eso puede pasar, por eso mantuvo a su plantilla en tensión. En la 'Premier', el fin de semana pasado, sólo dio descanso a Ballack. El resto jugó y sacó la victoria ante el Fulham. Descanso igual a relajación, diría el técnico ruso.

Lampard reconocía la presión por ganar la Champions. "Entiendo cuando la gente dice que estamos gafados en Europa porque cuantos más años pasan y te vas quedando a las puertas pero nunca ocurre nada, te empiezas a plantear si lo vas a lograr alguna vez". Ese sentimiento refleja un angustioso y problemático trauma antes de enfrentarte a la 'apisonadora', que para conseguir el histórico triplete, primero debe eliminar al Chelsea.